Homenaje a Leonor Colombo de Cudmani

Alguna vez un gran artista dijo: “si el mundo está en pie es porque los sueños de los que mueren por sus sueños quedan en el aire y nos ayudan a respirar”. Esta frase, cargada de emoción, es también una propuesta para quienes día a día viven con esas ganas de dejar una huella, con la pasión de los que aman lo que hacen y anhelan dejar a los suyos un buen legado.

Es innegable que muchas personas nacen con ese don; con esa pregnancia que los hace diferentes a los demás. Este es un homenaje a alguien que decidió vivir por sus sueños y hoy es enaltecida por sus valores profesionales y, por sobre todas las cosas, por sus valores humanos. Alguien que desde el compromiso por la enseñanza académica logró marcar a sus discípulos y colegas. Una persona que, según dicen desde el seno de la universidad, se convirtió en una apasionada del conocimiento formando generaciones de profesionales y científicos.

Leonor Colombo de Cudmani, además de desempeñarse como profesora de Física, dirigió la maestría en Enseñanzas de las Ciencias de la UNT. En alguna oportunidad Leonor dijo: “La Física enseña a ser humilde, a saber que si has aprendido mucho, vas a tener muchos más problemas sobre el tema que los que tenías antes. Como dice Einstein, la Física es una aventura del pensamiento”.

A estas palabras surge a las claras el reconocimiento a la calidad educativa, académica, profesional y humana que “Chichi” supo calcar. Son estos algunos de los que tuvieron el privilegio de cruzarse con ella y dejar sentada su experiencia que, según ellos mismos, fue más que satisfactoria.

Constantino Grosse:
Mi visión sobre la señora de Cudmani es la de un colega. Un colega que la conoció y trabajó en el mismo departamento durante unos 50 años. La conocí como muchos de ustedes, como estudiante del ciclo básico de la FACET. Este fue el único período de mi vida en el que trabajé junto a la señora de Cudmani, en el cual aprendí mucho. Me gustó mucho porque era una visión de la Física en la cual uno hacía cosas que no eran con lápiz y papel necesariamente. Creo que uno de los aportes más fuertes que tuvo la señora de Cudmani en el departamento de Física ha sido una lucha que mantuvo durante muchos años. Esa lucha consistía en decir que a la Física hay que enseñarla de dos formas complementarias diferentes, que se asemejan con la forma de hacer investigación en Física. Eso es una lucha porque no fue de aprobación unánime sino todo lo contrario, y en esto la señora de Cudmani perseveró y se mantuvo en esa postura.

El rol de la señora de Cudmani en el departamento de Física ha sido muy importante por diferentes razones. Una de ellas, fue haber sido jefa de la catedra más grande del departamento. Siempre he visto que se ha preocupado mucho por su personal, que ha guiado muy bien a sus integrantes y además se ha preocupado en formar discípulos que finalmente terminaron reemplazándola de manera excelente cuando se jubiló.

Mi humilde impresión en la investigación en docencia es que se suele exagerar la importancia de la pedagogía frente a la formación curricular. Por suerte en el posgrado de la señora de Cudmani eso no pasaba.

Julia Salinas:
Tuve el privilegio de formarme y trabajar con Leonor desde muy temprano en mi carrera universitaria, en la cátedra que ella dirigía. Ese vínculo no se rompió nunca más, ella fue siempre mi tutora y maestra, y a lo largo de los años fui testigo de sus notables capacidades académicas, de su ejemplar compromiso con la Universidad, y de sus extraordinarias dotes como formadora.

A la lucidez y originalidad de sus aportes sumó la generosidad con que compartía sus conocimientos. Los brindaba a manos llenas, incansablemente, con una entrega surgida de su compromiso con las mejoras, a los alumnos que atendía en la FACET, a los docentes en la cátedra que dirigía, a los asistentes a congresos en los que presentaba trabajos, dictaba talleres o impartía conferencias, a colegas con los que trabajaba en comisión en ámbitos y actividades diversas, a graduados a los que dirigía en investigaciones y tesis, a autores de artículos, concursantes o integrantes de programas a los que evaluaba, a quien quiera se acercara a ella con una pregunta, un proyecto, una inquietud. Era una maestra, una formadora, dondequiera su actividad profesional la llevara.

Sus artículos, libros, conferencias… y sobre todo, su ejemplo, forman parte viva de la mejor historia de la educación científica en nuestro país. La Universidad Nacional de Tucumán la designó Profesora Emérita, en una decisión que la enaltece.

Clotilde Yapur:
Yo era ayudante de teoría de la educación, y “Chichi” era tan simpática que era imposible no entablar conversación con ella. En el caso de “Chichi” me animo a decir que hay como tres o cuatro líneas de acción en toda su trayectoria. Una -por supuesto- es la Física. Unido a eso está también el tema de la epistemología, una línea que me parece muy importante. Otro punto muy interesante es su vínculo con la psicología. La otra cuestión es la de la investigación: están sus doctorados y tesis, que son considerados objetos muy valiosos para conservar. Cada acto de recuerdo que tenemos, cada evocación y cada inspiración, creo que hace que las personas sigan con nosotros, como es el caso de Leonor.”

Roberto Gerardo Tagashira:
A la señora Leonor Colombo de Cudmani la distinguían una cantidad de valores humanos y académicos que le merecieron el reconocimiento de su Universidad y el afecto de sus discípulos. Chichí era muy agradecida con quienes habían sido sus maestros y compañeros de tarea; había descubierto la Física gracias a la pasión y el conocimiento que le mostraron personas que conoció en su juventud.

Se convirtió, al igual que ellos, en una apasionada por el conocimiento: estudió, investigó y enseñó, formando generaciones de profesionales y científicos. Esta trayectoria no se paralizó ni siquiera el día en que enfermó y debió ser operada. Siguió obediente a su pasión y logró conformar en Tucumán el grupo de investigación en enseñanza que la reflejaba (y admiraba). Merecía tal agradecimiento, porque Chichí, la señora de Cudmani, no escondía ni un detalle de lo mucho que sabía.

Carlos Kirschbaum:
El fallecimiento de Leonor Colombo de Cudmani representa un fin de una época en la historia local y nacional de la Física y la enseñanza de las ciencias.

Chichi, como la nombrábamos con una mezcla de cariño y respeto, fue protagonista de un capítulo relevante en el proceso de promoción y desarrollo científico de Tucumán y el NOA.

Su compromiso con la docencia fue emblemático, junto con su marido Carlos Cudmani transmitieron ese compromiso a generaciones de estudiantes secundarios y universitarios resumido en una frase “la docencia es un sacerdocio”. Y así lo demostraron en su dilatada carrera que en el caso de Chichi se mantuvo activa hasta casi el fin de su vida, trasmitiendo no solo conocimientos científicos sino también valores éticos y una cálida relación humana.

La Universidad Nacional de Tucumán y la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología han perdido una profesora ejemplar. En mi caso a una maestra y amiga.

Elisa Colombo:
Me emociona y me encanta este merecido homenaje que hace nuestra facultad y la revista CET a mi querida tía, maestra, amiga y compañera.

No puedo escapar a alguna mención muy personal. Lo primero es que la tía Chichí, “la tía”, fue una persona muy importante en mi vida y en la de mis hermanas, desde muy chica. Era una tía joven, inteligente para la ciencia y para la vida, a quien siempre sentimos muy cerquita y con quien tuvimos mucho diálogo. Siempre nos transmitió amor y nunca aceptó reclamos, pues su frase que más nos impactó fue: “el amor, a diferencia de las cosas materiales, es algo que cuánto más se ejerce más se tiene para dar”.

El “Laboratorio de Física Experimental I y II”, que dirigía con tanta pasión, fue la escuela de formación de muchos futuros investigadores, distribuidos no sólo en el país sino en varios lugares del mundo; fue un verdadero semillero de científicos y profesionales bien formados.

Considero que un trabajo muy valioso que realizó Chichi fue el aporte de distintos campos disciplinares (filosofía, historia, psicología, educación) a los diseños curriculares, era incansable en explicar e insistir sobre estos temas, no como aspectos accesorios, sino como parte del aprendizaje de la Física.

Sigo recibiendo muchos besos y abrazos en su nombre, de los que quieren recordarla, los que la extrañan, los que la tienen muy presente. Todos ellos destacan la impronta de su accionar, porque fue “Maestra de generaciones de excelentes físicos”, en boca del Dr. Néstor Katz, o “Promovió la vocación hacia la investigación”, al decir del Dr. José F. Barraza, o “Excelente docente y persona”, como aporte del Dr. Eduardo Manzano.

Leonor Colombo de Cudmani

¡GRACIAS POR TODO LO QUE NOS DISTE!