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El pasado lunes 18 de enero de 2021 falleció en San Carlos de Bariloche, su ciudad de adopción, el muy querido y respetado Dr. Blas Alascio, prestigioso investigador en el campo de la Física del Estado Sólido y destacado docente, desde sus inicios, del renombrado Instituto Balseiro. “El Blascho” como a él le gustaba que le dijeran, y como a todos nos gustaba llamarlo, nació en Tucumán en 1937, y aunque se afincó en Bariloche desde 1964, su larga ausencia nunca borró la tonada que esta tierra le graba a sus hijos. En el bullicio de las innumerables reuniones científicas a las que asistía, su potente voz o su sonora risa revelaban fácilmente su ubicación. Y claro, la inconfundible tonada tucumana.

El comienzo de su prolífica carrera científica y docente data de 1955, cuando recién egresado del Colegio Nacional de San Miguel de Tucumán decide estudiar Licenciatura en Física en el entonces Instituto de Física de la FaCET, UNT. Se graduó de Licenciado en Física en 1960, y por su notable capacidad y excelentes calificaciones, fue aceptado como estudiante doctoral en el Instituto de Física de San Carlos de Bariloche, dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo. Este instituto había sido creado cinco años atrás, justo cuando Blas iniciaba su carrera universitaria. Su director de tesis sería nada menos que el célebre José Antonio Balseiro, uno de los más destacados científicos de Sudamérica. (Años después, esa casa de estudios pasaría a denominarse Instituto Balseiro). Así empezaba a tejerse la relación entre Blas y el señero Instituto Balseiro. Nadie podría haber imaginado lo larga y fructífera que resultaría esa relación.

Blas había ganado una beca de la UNT para financiar la empresa de realizar una tesis doctoral en ese remoto y casi desconocido centro de estudios, que contaba en su plantel docente con muy destacados físicos de la época. Por aquellos días, viajar de Tucumán a Bariloche implicaba una larga travesía, con trasbordos y cambios de medio de transporte, transitando por caminos frecuentemente en mal estado, y sin mucha precisión en la fecha y hora de llegada. La distancia se constituía en una intimidante barrera entre todo lo conocido y querido, y las heladas latitudes patagónicas. La innegable pasión de Blas por la Física le permitió sobreponerse a la dolorosa separación que imponían los largos kilómetros y las inestables líneas telefónicas. En 1962, con la indeleble impronta que deja un mentor tan destacado como lo fue José Balseiro, Blas finalizó su trabajo de tesis de Doctorado en Física, a sus jóvenes 25 años. La defensa de dicha tesis se hizo en 1964. La entidad otorgante de dicho título fue nuestra UNT. Por sus ya reconocidos méritos, en 1962 había obtenido una beca de la Agency for International Development de Estados Unidos, para realizar investigaciones post doctorales en la Universidad de California en Berkeley. Allí Blas tuvo oportunidad de interactuar con destacadas figuras de la Física del Estado Sólido que consolidaron su formación.

El Dr. Blas R. Alascio, hacia 1964

Regresó a la Argentina en 1964 y se radicó en Bariloche para desempeñarse como docente en el Instituto Balseiro con un contrato por tres años como Profesor Titular. Ese fue el primer peldaño para una brillante y extensa carrera docente, que culminó con su jubilación en 2008. En esos fértiles 44 años de trabajo, el incansable Dr. Alascio, el entrañable “Blascho”, contribuyó a la formación de excelencia de las sucesivas promociones de físicos que pasaron por las aulas del prestigioso Instituto Balseiro, enseñando Mecánica Cuántica, Mecánica Estadística y Física del Sólido. Asimismo, en esa dilatada trayectoria fue docente de la Universidad Nacional de Córdoba y Profesor Visitante en la Universidad de Grenoble, en Francia.

Como investigador, junto al Dr. Arturo López Dávalos iniciaron en 1964 el Grupo de Teoría de Sólidos en el Centro Atómico Bariloche, que dirigió desde su comienzo hasta 1988, y cuyas investigaciones continúan hoy. En 1984 ingresó a la Carrera de Investigador del CONICET y alcanzó la categoría de Investigador Superior. Dirigió 17 tesistas de Licenciatura y 12 tesistas doctorales. Un notable giro en la trayectoria de Blas lo constituye el hecho que entre sus tesistas doctorales se cuenta al Dr. Carlos Balseiro, hijo de José Balseiro. Así, el otrora discípulo pasó a ser mentor del hijo de su antiguo y legendario director. Otro célebre tesista de Blas es el reconocido investigador, divulgador científico y músico tucumano Alberto Rojo, con quien además forjó una entrañable amistad. El grupo de Teoría de Sólidos fue muy prolífico. Blas, junto a diversos colaboradores, publicó más de 100 artículos en las revistas científicas más destacadas, de las que también fue Referee. A lo largo de su carrera ganó el reconocimiento de sus pares más allá de las fronteras de la Argentina. Así, fue conferencista invitado en 15 Congresos y Simposios internacionales en Chile, Brasil, Perú, Estados Unidos, España e Italia entre 1976 y 1995.

Blas contribuyó asiduamente con el International Centre for Theoretial Physics (ICTP), de Trieste, Italia. Fue integrante de diversos Comités, entre los que se destaca el Comité Asesor Internacional para la creación del "International Centre for High Technology and New Materials". Asimismo, fue integrante de diversos comités internacionales, dedicados a la promoción y desarrollo de diversas disciplinas científicas.

Blas Alascio, “El Blascho”, hacia 2010, luego de su jubilación como docente

Fue destacado miembro de la Asociación Física Argentina, de The American Physical Society y de la Fundación Balseiro. Fue puntual asistente a las reuniones anuales de la Asociación Física Argentina, a las que aportó siempre valiosísimos trabajos y a las que animaba con su chispeante buen humor, su carcajada contagiosa y su ejemplar espíritu de colaboración.El Laboratorio de Física de Sólido tiene una enorme deuda de gratitud con el Dr. Blas Alascio. En los lejanos días de 1986, el grupo germinal encabezado por el Ing. Luis Jaimovich y el Lic. Conrado Hoffmann, acariciaba el sueño de crear en la UNT un equipo de científicos e ingenieros que se dedicaran a la investigación del recién descubierto fenómeno de la superconductividad de alta temperatura crítica (HTCS, por sus siglas en inglés). En esta empresa, El Dr. Alascio puso de manifiesto su generosidad y compromiso con la Universidad que le permitió llegar a ser un científico consagrado. Cuando fue invitado a colaborar con la ambiciosa iniciativa, jugó desinteresadamente un importante rol: ofreció conferencias sobre el fascinante y prometedor fenómeno de la HTCS en Tucumán, avaló ante el Rector de la UNT la iniciativa de la creación de un grupo interdisciplinario para el estudio del tema, y posibilitó que dos estudiantes avanzados de licenciatura en Física de Tucumán pudieran realizar sus trabajos finales en el Instituto Balseiro, cimentando así la base para una fructífera colaboración entre ambas instituciones. Este proceso culminó con la inserción de la Física del Sólido en la UNT. A lo largo de los años, varios físicos tucumanos que habían llegado a ser destacados investigadores del Centro Atómico Bariloche se sumaron a la iniciativa y brindaron cursos de formación en temas relacionados con la HTCS a los integrantes de aquel grupo inicial. Entre esos investigadores se encontraban los Dres. Marcelo Jaime, Alberto Rojo y Eduardo Rodríguez. Con estos valiosísimos aportes, fomentados por el Dr. Alascio, con otras tantas contribuciones del Dr. Francisco de la Cruz, y con la decisión institucional del entonces director del Instituto de Física de la Facet, Ing. Carlos Cudmani, pudo gestarse el sueño del Ing. Jaimovich y el Lic. Hoffmann, y nació el flamante Laboratorio de Física del Sólido.

De i. a d.: Ing. Jaimovich; Ing. Reimundín, Decano de la Facet; Lic. Hoffmann; Dr. Tineo, Secretario de Ciencia y Técnica de la UNT. Conversan en el local destinado para el recientemente creado Laboratorio de Física del Sólido del Instituto de Física de la Facet (hacia 1992). El incondicional apoyo del Dr. Alascio contribuyó enormemente a este logro.

El ya consolidado Laboratorio de Física del Sólido organizó el encuentro “Sólidos 2011” en Tucumán. Fue ocasión para el reencuentro con varios de los físicos que apoyaron el desarrollo del grupo tucumano. Aquí, “El Blascho” y el Dr. Marcelo Jaime (centro) junto a Jorge Ferreyra (i) y Horacio Brizuela (d).

Con sentido pesar despedimos a tan eminente científico y excelente persona. Su generosa contribución ha dejado una huella imperecedera en su Tucumán natal. Los actuales logros del ya consolidado Laboratorio de Física del Sólido son un tributo a su incondicional respaldo. El nombre de Blas Alascio, “El Blascho”, evocará siempre la figura de un científico dedicado, de un docente comprometido, y sin ninguna duda, la de un amigo incondicional.

Acompañamos en el dolor a sus familiares, colegas y seres queridos.