Conocer las estrellas analizando su luz

Olga Pintado

Es doctora en Física, investigadora independiente del Conicet. Evaluadora de numerosos organismos y revistas científicas. Miembro de la Federación Astronómica Internacional. Su campo de investigación es el de la evolución estelar, estrellas químicamente peculiares, atmósferas estelares, espectrometría y fotometría. Trabaja en el INSUGEO (Instituto Superior de Correlación Geológica, UNT) con sede en Horco Molle.OlgaPintado

LUGAR: Departamento de Luminotecnia Luz y Visión, FACEyT, Av. Independencia 1800.
Tel./Fax: +54 381 4361936 – 4364093 int. 7785 / 7715.
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FECHA: 4/12 11:00hs

Resumen:
Desde los tiempos más remotos, en casi todas las culturas aparecieron explicaciones más o menos verosímiles sobre el origen, composición y movimiento de los objetos que vemos en el cielo. Anaxágoras, astrónomo jonio que vivió en el año 450 a.C., creyó que el sol y las estrellas eran piedras candentes, mientras que Aristarco de Samos, en el año 200 a.C., sospechó que las estrellas eran soles muy lejanos. Sin embargo, debieron pasar miles de años de observaciones y especulaciones para que el misterio de los cielos comenzara a develarse.

A mediados del siglo XIX se descubrió que podía comprenderse la estructura de las estrellas analizando la luz que proviene de ellas. De esta manera se puede determinar, por ejemplo, su composición química.

En los laboratorios se comenzó a estudiar los espectros de sustancias conocidas. Se confirmó que cada elemento produce, al ser calentado, una luz con un espectro de líneas luminosas que le son propias y cuya distribución no se repite en ningún otro. Estos espectros se llaman espectros de emisión porque la luz de cada línea es emitida por el elemento. Las líneas de Fraunhofer -o líneas espectrales, como se las llama actualmente- se convirtieron, entonces, en las “huellas digitales” de los elementos.

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